Establecer reglas en la crianza es una manera de generar respecto hacia los hijos. La psicóloga colombiana, Paula Barreto, menciona las consecuencias de no poner límites claros a los hijos y enseña cómo establecerlos de manera adecuada y efectiva.
Uno de los grandes retos que enfrentamos como padres y cuidadores de niños pequeños a la hora de criar, es el tema de la disciplina, límites y cómo corregir comportamientos inadecuados.
Cuando los niños no hacen caso, se generan conflictos y peleas entre hermanos que no sabemos manejar y que llevan a los padres a prácticas como los premios, castigos, gritos, amenazas y a veces hasta los golpes, que no son educativos. Se propone una técnica fácil de disciplinar y poner límites claros.
¿Qué es un límite?
Los límites son esas líneas invisibles que dan a los niños la estructura y guía que los orientan para saber cómo moverse con confianza y les permiten predecir qué es lo que viene, qué es lo que sigue y cómo deben comportarse, aprendiendo las consecuencias de sus actos y los actos de los demás.
Las nuevas corrientes de crianza nos enseñan otras maneras de educar y guiar a los niños a crecer y a desarrollarse, que es estableciendo límites claros que permiten llegar a una crianza respetuosa, entregando a los niños la información necesaria para moverse en el mundo que van descubriendo e ir corrigiéndolos de forma clara sin agresiones o malos tratos, ayudándoles a descubrir el efecto de las acciones propias y de los demás.
Consecuencias de no poner límites:
- Crías un niño perdido, desorientado y con sensación de que no es importante.
- No entiende lo que significan las consecuencias y cómo afectan a los demás.
¿Qué son las consecuencias?
Es la forma que tenemos de aprender que cuando hacemos algo, eso tiene un efecto que, al responsabilizarse, nos da una lección.
¿Cómo ponerles límites a nuestros hijos?
- Permitirle al niño experimentar las consecuencias de sus decisiones con consecuencias naturales y lógicas.
- Enseñarle habilidades, no enfocarse en lo que no puede hacer, sino en cómo si puede hacerlo. Si comete un error, mirarlo como una oportunidad para adquirir nuevas herramientas.
- Comunicación asertiva: comunicarnos con los niños de manera asertiva estableciendo contacto visual a la hora de dar una instrucción: me acerco al niño me pongo a su nivel y lo miro a los ojos al hablarle o mostrarle cómo hacerlo.
Establecer límites hace sentir a los niños contenidos y seguros, con una base segura para explorar el mundo. Los adultos somos los guías de nuestros hijos, los líderes de nuestra familia y es nuestra responsabilidad darles límites claros que los orienten sobre cómo pueden comportarse y cómo no hacerlo, ayudándolos a aprender nuevas habilidades a partir de sus errores y a partir de nuestro ejemplo.
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