Muchas veces al enfrentarnos a problemas con nuestros hijos, creemos que son ellos los que tienen que cambiar y no nosotros como padres o adultos. El Dr. propone un modelo de crianza respetuosa (A.M.A.R.), en el cual los padres deben mostrarse ante los hijos como figuras de seguridad y protección.
La crianza de nuestros hijos es uno de los grandes desafíos que tenemos como padres y podemos sentirnos poco preparados para enfrentarlo con éxito. Se trata de una de las labores más difíciles y satisfactorias de la parentalidad.
Tal como explica este artículo de Mu’hu: ¨ la crianza respetuosa reconoce a nuestros hijos como seres a quienes debemos respetar en su más profundo significado, es un estilo parental y de cuidado que va ligado a obtener una respuesta sensible a las propias necesidades de los niños, reconociéndolos como personas únicas y a quienes debemos respetar sin importar su edad¨.
Actualmente, la crianza se enfoca en responder a las necesidades de los niños en un encuentro de placer y no desde el agobio y la obligación.
Desde la crianza respetuosa, se valoriza la proximidad, presencia y acompañamiento en el proceso de las emociones, para resignificar los sentidos de la intervención, más ligada al acompañamiento que a una corrección específica.
El Doctor en Psicología Felipe Lecannelier nos indica cómo poder lograr que esta nueva crianza sea realmente respetuosa frente al estrés del niño. Lo fundamental es destacar la importancia de la autorregulación mental y emocional de los padres durante los momentos de estrés de los niños. La disponibilidad del adulto puede disminuir el estrés del niño generando confianza, seguridad y protección.
El Doctor Lecannelier ha desarrollado una nueva metodología del Método A.M.A.R., (Atención, Mentalización, Automentalización y Regulación ). Este se refiere a las 4 capacidades mentales de los adultos que científicamente se ha demostrado brindan seguridad y protección al niño. En el modelo de crianza respetuosa, la función del adulto es acompañar a los niños y niñas y el desafío, para estos padres y madres, no está en imponer su autoridad ni desarrollar un orden familiar sino en entender y guiarlos mediante respuestas adecuadas.
Este método A.M.A.R. no busca el consejo práctico de crianza, lo que busca es que el adulto se presente a sí mismo bajo este estado mental y emocional de estar disponible para el niño.
- ATENCIÓN: Implica una capacidad en los adultos de observar conductas verbales y no verbales en los niños, para entregar las herramientas necesarias durante su desarrollo. Se refiere a la observación; mirar su cuerpo, expresión facial, tono de voz, etc. Mirar lo que llamamos conductas no verbales del niño. La atención es muy importante porque es el primer paso para empezar a tener en mente la mente del niño.
- MENTALIZACIÓN: Es la habilidad cognitiva y afectiva de comprender y empatizar con los estados mentales del niño (qué puede estar sintiendo,pensando, imaginando, o recordando el niño en esos momentos de estrés. ¿Qué mensaje me está entregando mi hijo con la pataleta que me está mostrando? En otras palabras, en la mente del niño.
- AUTOMENTALIZACIÓN: Es la capacidad de mentalización aplicada a la identificación de los propios procesos emocionales y cognitivos de los adultos, gatillados por las situaciones estresantes de los niños. Es qué me pasa a mí con las reacciones de mi hijo y por qué me molesta tanto su enojo o llanto.
- REGULACIÓN: Se refiere a la aplicación de estrategias de regulación para disminuir el nivel de estrés en los niños y enseñarles habilidades de enfrentamiento y comprensión de situaciones de estrés. Por un lado, se refiere a que lo que haga el adulto, no genere más estrés en el niño. Se recomienda evitar los castigos, gritos y amenazas, ya que lo único que provoca es más estrés. Y, por otro lado, la regulación, significa disminuir el nivel de estrés en el niño, a través de medir el tono de voz y poder calmarlo. El niño siente y confía en el adulto, por lo que no debe alejarse de él en ningún momento.
El sitio Educa y Aprende recomienda 10 pautas para una crianza respetuosa:
- REGULA TUS EMOCIONES Y CONECTA CON LAS NECESIDADES DEL NIÑO
- EMPATIZA Y APRENDE A OBSERVAR EL MENSAJE DEL NIÑO
- RESPETA SU INDIVIDUALIDAD, UNICIDAD Y NO LO APURES EN SU DESARROLLO
- COMPRENDE SU MALESTAR Y ACÓGELOS
- ACUERDA CON EL NIÑO LÍMITES CLAROS Y POSIBLES
- RENUNCIA AL CASTIGO, GRITOS Y AMENAZAS
- MANTÉN LA CALMA SIEMPRE
- EXPLÍCALE CUANDO HAGA ALGO MAL (ENSÉÑALE A REFLEXIONAR Y A SOLUCIONAR)
- FELICÍTALO Y REFUERZA EN SUS ACCIONES POSITIVAS
- ELOGIA SUS CUALIDADES POSITIVAS